Los mapas en papel siguen teniendo tirón. A pesar de las facilidades tecnológicas que ponen a nuestro alcance numerosas plataformas, aplicaciones y demás para facilitarnos navegar entre montañas y senderos, lo cierto es que los mapas en papel cuentan con numerosos seguidores y compradores. Tal vez sea porque a veces no te la puedes jugar con la cobertura, que vete a saber si por el valle en el que te moverás podrás conectarte; o tal vez porque el mapa de papel te ayuda a situarte en el espacio con mayor amplitud, como si te asomarás a un gran ventanal desde el que poder otear bien el horizonte cercano y lejano.

Yo quiero pensar que también hay un punto de romanticismo, que en el hecho de desplegar el mapa y colocarlo sobre la mesa hay cierto regusto a aventura en ciernes, a caminos por descubrir, a dejarse caer como si nada en el territorio que vamos a explorar… me gusta imaginar los mundos que se abren en nuestra cabeza ante tantas curvas de nivel, sube y baja continuo, desnivel acusado, suaves laderas, valles cerrados y barrancos cargados de magia…. es un placer tratar de dibujar nuestra ruta con una ligereza pasmosa, esa que te da la perspectiva de mirar desde bien arriba kilómetros y kilómetros de montañas, líneas, bosques, prados, senderos…
Para los aventureros con alma de explorador, para quienes quieren planificar su salida sobre la mesa en los días previos a la salida, para los románticos que además se llevarán el mapa en la mochila… salen al mercado los mapas de Andorra, Cap de Creus, Roncesvalles y Belagua, este último una reedición actualizada. Con escala 1:25.000, recogen todos los senderos balizados y una quincena de propuestas de ascensiones o excursiones.
Bon apetit !!
