Son varios los trazados ferroviarios que en su día ciñeron el paisaje pirenaico. Muchos de ellos estaban ligados a la industria y el crecimiento económico, como explotaciones mineras o construcción de embalses; otros, simplemente unían varias localidades. Tras su desaparición, esos «senderos de hierro» fueron recuperados y acondicionados para el paseante o ciclista, convertidos en excelentes senderos, seguros, sin grandes desniveles, bien señalizados y muchos de ellos preparados para acoger a un amplio público, acorde con las normas de accesibilidad.. Es lo mismo que ocurre con los caminos naturales, sendas de uso tradicional, en vías pecuarias y caminos reales.
Todos ellos son los protagonistas del reportaje central del último numero de la revista El mundo de los Pirineos
Es una muestra, un aperitivo que esperamos que les abra el apetito. Y es que las rutas que conforman este artículo han sido extraídas de tres libros, tres guías de vías verdes y caminos naturales de las colecciones Euskal Herria, Aragón y Catalunya publicadas por la editorial SUA. En cada uno de estos libros se recogen cerca de cuarenta propuestas, con la descripción del itinerario, los necesarios datos prácticos e información adicional sobre opciones culturales o curiosidades relacionadas con dicha ruta.