El de Aísa es un valle que ha guardado su privacidad y encanto, alejado de los visitantes tumultuosos, y que atesora sus pueblitos de tejados de losa, aromas a queso y sonidos del palotiau cuando el aire festivo trae a los danzantes a sus calles. Situado en La Jacetania, al sur del puerto de Candanchú y a poco más de veinte kilómetros de Jaca, este valle asilvestrado luce una corona pétrea singular y atractiva: el macizo de Aspe. La cumbre que le da nombre, prominente y desafiante, acompañada por otros ilustres como la Garganta, Llena del Bozo, los Lecherines, Puntas de Tortiellas, y esos Mallos Lecherines de faz dolomítica… Paraísos para escaladores y alpinistas, rincones espectaculares para los amantes de la naturaleza. El mundo de los Pirineos nº 109 enero-febrero.