No hace falta escaparse hasta las montañas ni ir muy lejos para disfrutar de los cantos de las aves, también en las ciudades hay muchas cantoras que desde tempranas horas o al atardecer entonan estos días. No necesitamos prismáticos, solo con abrir la ventana y prestar un poco de atención descubriremos numerosas aves que cohabitan con nosotros en las ciudades. Las golondrinas, que marcan el inicio de la primavera, ya han regresado. Sus vuelos rápidos son inconfundibles, sobre todo al anochecer, cuando salen en busca de nutritivos insectos. Las palomas urbanas conviven con sus primas viajeras las tórtolas, los gorriones mantienen las distancias con los humanos, pero aprovechan esas migas que se nos escapan y forman auténticos revuelos en su lucha por hacerse con el botín, los estorninos, abundantes y ruidosos, dan forma a grandes nubes oscuras que se esconden en las copas de los árboles envueltos en una escandalera atronante.

Estos son algunos de los más fáciles de ver e identificar, pero hay muchos más en los parques urbanos. Pinzones, verdecitos, jilgueros, canarios, pardillos, carboneros, herrerillos… incluso rapaces como el cernícalo o el gavilán. Y todos ellos inundan el ambiente con sus gorjeos, trinos y cantos. Si quieres aprender a identificarlos, la Guía de aves de Euskal Herria (editada también en euskera) es una herramienta imprescindible y muy útil.

Y aquí puedes deleitar tus oídos y aprender a distinguir sus voces.