Nanga Parbat

El frío es el compañero inexcusable en las expediciones invernales. Lo sabe bien el alpinista Alex Txikon. Su presencia es tan fuerte que según vamos leyendo las páginas de La Montaña Desnuda. Primera ascensión al Nanga Parbat se va colando en nuestro interior agarrado a cada palabra, a cada letra. El viento helado le alienta mientras los crampones se van clavando en el hielo de las paredes verticales que defienden, como inexpugnables fortalezas, el acceso a la cumbre.

Así todo subiremos junto a Alex, Ali Sadpara, Simone Moro y Tamara Lunger. Iremos hasta lo más alto a pesar de las terribles noches en las que apenas dormiremos mientras el viento arrecia fuera de la tienda. Será toda una aventura, la que protagonizaron ellos cuatro el 26 de febrero de 2016, cuando alcanzaron la cumbre del Nanga Parbat.

Alex nos lleva en volandas hasta el campo base y nos relata en este libro cómo prepararon las expedición, quienes tomaron parte, nos reiremos con las ocurrencias del propio Alex y de algunos de los integrantes de su equipo, de las alegrías y las tristezas, del sufrimiento y la capacidad de olvidar el dolor y las penalidades, y de las alegrías compartidas.

Nanga Parbat, la montaña desnuda, bella y traicionera, no se lo puso fácil y contó con el crudo invierno como escudos de defensa. Pero al final, se rindió ante su trabajo en equipo y su empeño. Les acogió en la cumbre y compartió con ellos unos minutos de felicidad

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