Montes vestidos de blanco

El invierno es silencio. La naturaleza lo sabe bien porque aprovecha para echar una cabezadita, aletargarse y recuperar fuerzas de cara a la primavera. Así las cosas, muchos animales disfrutan del calor del hogar en sus guaridas y refugios y tiran de la despensa para alimentarse. Los hay que se ponen en modo ahorro energético; y los que han de pelearse con el frío, el viento y la nieve ahí fuera.

Las plantas, árboles y arbustos se desvisten en los últimos días del otoño, dejan caer sus hojas y ruegan al cielo con las ramas desnudas. Los que se mantienen en sus treces, cómodos pinos y abetos, acuerdan con la nieve dibujar una bonita estampa, blancos impolutos, cargados de elegancia y finura.

Hasta los ríos parecen silenciar su caminar, escondidos algunos bajos capas de hielo que se alimentan del trinar del agua. El aire es frío, sí, la nieve enmudece todo, claro, todo parece muerto, sin duda… pero envuelto en una magia y una belleza excepcional.

Calendario 2021 El mundo de los Pirineos – Fotos de Asier Castro

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