El agua tiene una presencia manifiesta en nuestro planeta. Ocupa grandes superficies y se «cuela» incluso en parajes remotos, recónditos, bajo tierra, y, por supuesto, en la alta montaña. En su cara a cara con la roca, busca su acomodo y reivindica su lugar, para lo que forma bellos lagos, ibones cuando nos ocupamos de los que embellecen el Pirineo central.

Hay muchísimos, cada uno con su forma y color, a diferentes altitudes. Son ecosistemas en los que se dan cita animales y plantas bien adaptados a las rigurosas condiciones de vida que la altitud impone, habituados a las aguas heladas, adaptados a la falta de nutrientes. Es por ello que son hábitats frágiles en los que cualquier alteración tiene consecuencias, a veces, nefastas, lo que les convierte en un buen indicador de lo que el cambio climático está suponiendo.

Este libro de la colección El mundo de los Pirineos aspira a que aprendamos más sobre los lagos de alta montaña, y, además, nos propone cerca de cuarenta rutas montañeras que se asoman a esos ibones, la huella dejada por los glaciares, y a los embalses del Pirineo occidental. Es una oportunidad para disfrutar de escenarios cargados de magia y aprender a ver más allá de su hermosura y puesta en escena. A fin de cuentas, son la Esencia Líquida de esta Pirineo nuestro.
Para saber más: www.sua.eus
En este otro enlace te dejamos un aperitivo del libro.