Eduard deja delante de mí una apetitosa ensalada. «Todos los productos son de nuestro huerto. Frescos y naturales», me dice con una sonrisa franca iluminando su rostro. Constato que no miente cuando la saboreo sin prisas, concentrada en el sabor delicioso del tomate, hace tiempo perdido en los frutos que compramos en el supermercado. Está claro que en el camping Molí Serradell saben como agasajar a los invitados. No en vano es un negocio familiar, y eso se nota. El edificio principal es un antiguo molino de harina del siglo XVIII, el molí d’en Dou, y su compromiso con la vida sana y el espíritu ecologista es decidido: nos ofrecen carnes y embutidos de animales criados en casa, huevos de sus gallinas, verduras del huerto o pan y cocas de payés que hacen con primor cada domingo. De él os hablamos en el último número de la revista El mundo de los Pirineos.

Es uno de los muchos campings que forman parte de la asociación Campings de Girona, una magnífica manera de conocer los fantásticos paisajes del Pirineo oriental y la costa mediterránea. La oferta es variada y  busca poner ante el visitante algo más que el alojamiento impecable de sus bungalows, o las parcelas para nuestra autocaravana o tienda, ya que nos ofrecen experiencias. Así, por ejemplo, en el camping Sant Miquel, en Colera, podremos hacer submarinismo o snorkel y disfrutar de los magníficos fondos marinos. Y luego degustar una maravillosa comida en su restaurante Can Llissa.

Si lo que nos gustan son las caminatas por bosque singulares y paisajes sorprendentes, nuestro destino es el camping Ecológic Lava, en Santa Pau, en tierras del hermoso parque natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, y cuyo dueño, Joan Masoliver, puso en marcha hace años la visita en carromato a la Fageda d’en Jorda, un magnífico hayedo asentado en la colada del volcán Croscat.