Las nubes se han metido en el bosque y deambulan pausadas entre las hayas. Las hojas, verdes a más no poder, gotean un lloriqueo casi silencioso, pues un murmullo quedo se expande por el aire. La humedad parece tener cuerpo, presencia, tanta que pareciera que camina. Cómo ocurre en el desierto, la mente comienza a jugar con nosotros, nos hace ver sombras inexistentes, dibuja figuras etéreas que se desplazan gracias a un levitar surrealista. Nos formamos lo ojos con el objeto de devolverlos a la realidad, pero la niebla se niega a abandonar nuestra mirada.

No es de extrañar que los antiguos habitantes, los astures, incluso los que estuvieron antes que ellos, y, por supuesto, los que vinieron después, tejieran leyendas e historias fantásticas plagadas de seres mágicos, maléficos y terribles en ocasiones. Porque al igual que las hayas se dejan empapar por la lluvia, nosotros nos dejamos atrapar por las historias de brujas y hombres lobo, esos que adoran las noches de luna llena. Escuchamos embelesados las leyendas que hablan de pastores, tesoros, fantasmas, almas en pena y grandes serpientes, mientras un escalofrío recorre nuestra espalda. Veremos en la niebla el lento deambular de la Güestía y la figura terrible del Cuélebre.

Este libro de leyendas de Asturias (www.sua.eus) descubre a nuestros ojos los mundos escondidos. Recoge creencias y supersticiones de distintas épocas, lugares de culto medievales, tesoros y montes sagrados, restos dolménicos, ermitas y santuarios, leyendas enraizadas en las aldeas y castros asturianos. No solo son historias contadas a la luz cálida de una fogata, la guía propone 21 rutas para descubrir los muchos rincones de Asturias ligados a estas historias. Probablemente, circule por ellos la fuerza telúrica de la naturaleza, la energía primitiva que los hizo merecedores del protagonismo en los rituales y consideraciones mágicas de aquellos antiguos pobladores. Si cerramos los ojos, tal vez lleguemos a sentir la fuerza que aún habita en todos ellos. Será una manera de conectar con nuestro yo silvestre y natural. 

Te ofrecemos un breve paseo para abrir boca. ¡Déjate envolver por la magia y disfrútalo!